domingo, 14 de junio de 2009

Tragedia sin Castigo

La reciente tragedia que sucedió en una Guardería Infantil aquí en México, donde mas de 40 infantes perdieran la vida en un incendio de origen poco claro ha dejado una profunda sensación de desolación y tristeza en todos nosotros. El hecho ha sido objeto de amplia cobertura en los medios de comunicación del país y mundiales, el gobierno ha recibido condolencias de diversos países y la sociedad se ha movilizado en sus muestras de solidaridad con las familias de las víctimas. Hasta aquí todo bien.

Lo malo es que todos sabemos que nada va a suceder a los culpables. También sabemos que a las familias de los fallecidos no les van a dar ningún tipo de compensación apropiada ni la satisfacción de que se haga justicia.

¿Porqué sabemos ésto? La respuesta es fácil: después del alboroto inicial, de las promesas solemnes de una investigación "hasta las últimas consecuencias", de la visita expresa del Presidente de la República al sepelio, de las emotivas y concluyentes declaraciones de Gobernadores, Procuradores de Justicia, eminentes Clérigos y uno que otro metiche, sabemos que nada va a pasar, como no ha pasado con las investigaciones de tragedias anteriores, larga lista de agravios que no es necesario enumerar aquí...no cabría la lista.

Resulta que los supuestamente implicados son ex-funcionarios del Instituto Mexicano del Seguro Social, que es la institución que otorga las concesiones de operación para estas Guarderías, además de encargarse de la supervisión de la operación de las mismas. El coyote es el guardián del gallinero, pues. La red de complicidades y fechorías que se puede destapar es demasiado amplia y riesgosa, y como en muchas investigaciones anteriores, es mejor no moverle, no vaya a ser que nos ahoguemos.

Es mas fácil dejar que los expedientes se llenen del polvo del olvido y que los pobres niños se queden quietecitos en sus tumbas.

Triste, pero cierto.

1 comentario:

  1. Debo aclarar que ayer, 23 de Junio de 2009, se arrestaron a 7 presuntos responsables de la tragedia, por orden expresa del Presidente Calderón. Al haber alguno condenado creeré en este inusitado gesto de justicia...

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