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El anuncio hecho por la FAO (Food and Agriculture Organization) lo leí en O Globo de Brasil esta mañana y me quedé pensando en lo pavoroso que debe ser estar en la situación en la que se encuentran millones de personas en el mundo. Dice el organismo de la ONU que a consecuencia de la crisis económica en los países industrializados, provocada por la avaricia de unos pocos banqueros y especuladores gringos y calvos, el número de personas que padecerá hambre o desnutrición se elevará a más de mil millones de personas a final de este año, un "pequeño" aumento de 100 millones de seres más.La espeluznante cifra se distribuye de la siguiente manera: 642 millones en el Asia y el Pacífico, 265 millones tan sólo en el Africa Sub-Sahariana y 53 millones más en América Latina y el Caribe...el piquito que falta se acumulará en los próximos meses hasta llegar a los mil millones. La inmensidad de estas cifras no puede ser comprendida cabalmente y el sufrimiento de todos estos seres humanos no tiene perdón ni remedio: mientras otros derrochamos, millones se mueren.
Este tipo de temas me molestan en cierta manera porque me dejan un amargo sabor de frustración en la boca y me hacen sentir profundamente culpable, aunque en realidad la culpa no es mía. El hecho que todos estos seres habiten en "países en vías de desarrollo" me recuerda que la explotación y el saqueo no son hechura mía, son resultado de siglos de abusos por parte de los países mejor armados sobre los que no lo están, pero en el fondo íntimo sé que la raíz misma del problema está en casi todos los hombres, incluyéndome. "Semos malos, Pedrito".
La magnitud de esta desgracia se pierde en la cacofonía de las notas triviales, la distancia física, el desinterés, la rutina y la panza llena que nos impide oír los alaridos de dolor de nuestros hermanos. Cada uno de los números que conforman esta pavorosa cifra de dolor y fracaso de todo el género humano tiene una cara, un madre y un padre, hermanos y hermanas, siente, anhela, sufre, llora. Cada uno de los que sufre hambre es todos nosotros.
De inmediato me pongo a pensar si hay algo que pueda hacerse para remediar tanta miseria, y me doy cuenta que hay mucho que puedo hacer, comenzando por Doña Verónica, la viejita que a diario pasa por las calles recogiendo latas de aluminio para mal comer porque sus hijos la han abandonado; por Don Lorenzo, que a pesar de tener 74 años sigue trabajando con sus manos artríticas y su cuerpo torcido por una embolia; por Sarita, cuya ignorancia la ha llevado a tener 6 hijos nacidos del maltrato y la brutalidad porque la vendieron a los 15 años para luego abandonarla; por tantos y tantos más que han cruzado por mi camino mientras yo veía para otro lado. Si cada uno de nosotros realmente viera, la cifra empezaría a disminuír aunque sea de uno en uno.
En la famosa película "La Lista de Schindler" los judíos salvados por el gesto humanitario de este ejemplar alemán le regalan un anillo con una leyenda tomada del Talmud que dice "el que salva a uno salva al mundo entero".
Yo quiero un anillo de ésos.
http://oglobo.globo.com/mundo/mat/2009/06/19/fao-crise-economica-mundial-provoca-mais-de-1-bilhao-de-desnutridos-756416961.asp (practiquen su Portugués)
Muy buen blog brother, ya coloqué un link en el mío, felicidades.
ResponderEliminarGO
papatito...
ResponderEliminartienes mucha razón en lo que escribiste...
hay mucha gente se muere de hambre y habemos mucha que por momentos se nos mueve el piso y olvidamos aquellos hermanos desamparados...
Me gustó mucho este escrito.. tenemos que analizar un poco más y comenzar desde nuestra casa.
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