Idolatría moderna

Image by Taylor Dundee via Flickr

El texto inscrito en la lápida de Flamma, uno de los más famosos gladiadores de la Roma antigua menciona que vivió 30 años, peleó 34 veces, ganó 21 peleas, empató 9 y perdió 4 veces contra un sirio. Delicatus comisionó dicha lápida "para su merecedor camarada de armas". El citado gladiador fue recompensado con el "rudis" en 4 ocasiones, pero siempre decidió seguir siendo un gladiador.

Su nombre ha quedado inscrito en la historia, así como el de otros: Triumphus, Spiculus, Rutuba y Tetraides. Estos ídolos del pueblo eran vistos por 50 mil espectadores ansiosos de ver una buena pelea a muerte en los juegos del coliseo romano, que podían decidir su vida o su muerte de acuerdo con el capricho del momento.

Los tiempos han cambiado y ahora no pedimos la sangre de nuestros ídolos, aunque si los vemos fallar a todos nos complace. Ahora lo que hacemos es comprar los productos derivados de su imagen y las noticias que nos venden de los descalabros de sus corazones, seguimos sus pasos a todos lados y no nos sorprende cuando nos dicen que sus preferencias sexuales son distintas que las de la mayoría. Es parte del show.

En una increíble muestra de fanatismo que bordea lo religioso, el día de hoy presentaron en el Estadio Santiago Bernabeu al jugador de futbol más caro de la historia. Costó la friolera de 130 millones de dólares traerlo al Real Madrid, y hay que comenzar a recuperar la inversión a como dé lugar. Afortunadamente todos nos prestamos para este tipo de cosas y pagamos nuestra entrada por ir a ver a un tipo que ni canta ni baila, tan solo juega con un balón.

Casi 80 mil aficionados se reunieron para ver a Cristiano Ronaldo lucir su camiseta del Real Madrid, patear un baloncillo y sentirse adorado por la multitud. La verdad es que no le veo el caso de ir a un estadio a hacer éso, pero vivimos en una mercadocracia democrática, que cada cual gaste su lana en lo que quiera.

Aclaro que yo sí lo hubiera ido a ver si peleaba a muerte contra Flamma, o ya de perdida contra algún león o tigre hambriento, a ver si le servían de algo sus piruetas con el balón, pero no quiero pecar de injusto. Me conformaría con ir a verlo jugar contra el Barcelona, a ver si como ronca duerme el tal Cristiano, tal y como lo hizo cuando perdió la Champions junto con su Manchester...

Les dejo un video para que se den un baño de realmadridismo extremo. Cuidado, no se vayan a resfriar.