Estos cuatro personajes montan caballos de diferentes colores y cada uno tiene un atributo maligno y especial que ejercer sobre el género humano:
Los Cuatro jinetes del Apocalipsis |
El primero monta un corcel de color blanco y porta corona y arco. Sus atributos son vencer y ganar. Los estudiosos no se ponen de acuerdo en cuanto a lo que representa, pero tradicionalmente se le identifica con El Mal o La Peste.
El segundo cabalga sobre un caballo de color rojo y porta una espada grande. A éste se le concede el poder de quitar de la tierra la paz y que los hombres se maten unos a otros. Este jinete representa La Guerra.
Al tercero, ensillado en un caballo negro y llevando una balanza en la mano, se le da el poder de controlar el suministro de alimentos. Es El Hambre.
Por último (como si faltaran más desgracias) viene un jinete enjaretado en un potro cuyo color es de dificil traducción, un color verdeamarillento que recuerda la palidez de un cadáver. El símil de la descripción del color es apropiado: este jinete representa La Muerte, y no trae nada en las manos según el texto, pero viene seguido del Hades, otro personaje bastante siniestro. Para no confundirse, la imaginación popular y las representaciones artísticas lo pintan con una guadaña, un puñal o una lanza. Su misión es obvia.
Estos cuatro aterradores personajes son desatados sobre la humanidad al abrirse los primeros cuatro sellos de los que habla Juan en el libro, pero no voy a referirme a más detalles con respecto al Apocalipsis, el lector puede fácilmente consultarlo en su Biblia. Lo importante es que estos cuatro amiguitos pueden identificarse como enemigos de la humanidad, azotes del género humano, llenos de odio contra los hombres, hacedores del mal y portadores de múltiples desgracias.
El Quinto |
No se ofenda nadie si les digo que creo que falta un jinete aún mas mortal que los anteriores y que por desgracia nunca ha sido mencionado. Este quinto jinete todos lo conocemos y nunca ha estado sellado, siempre ha estado entre nosotros, medrando y engordando hábilmente a costa de los demás, causando daño y dolor comparable con cualquiera de los cuatro jinetes bíblicos.
El quinto jinete nunca ha andado montado en un caballo por su cuenta, pero si lo hubiera hecho su jamelgo sería variopinto y multicolor, del color que quieras verlo. En realidad siempre se mueve llevado por otros, en palanquín cargado por esclavos, carruajes de lujo y criados de librea o lujosos vehículos con pista de baile y bar incluidos. A este jinete se le concedió un atributo ante el cual los demás palidecen, el de la palabra. En su mano trae una lengua y su atributo es el de engañar e ilusionar hasta a los muertos.
"Cabalgando" con clase |
Suelto desde siempre entre nosotros y provisto de un eficaz repertorio de engaños ha causado más males que ninguna otra plaga. Sus acciones han conducido a la desgracia a millones y, como el monito del whisky Johnnie Walker, "sigue tan campante". Le vemos diariamente en los periódicos, en la tele, en espectaculares anuncios, oímos de él por la radio, nos llama por teléfono para saber qué pensamos de él, nos lo encontramos en la calle rodeado de gente.
¡Hay peligro! ¡Crèanme! |
No hemos aprendido nada de él y seguiremos sufriéndolo a pesar nuestro. Y no me refiero solamente a un país sino al mundo entero, a todas las razas, a todos los tiempos. Este jinete vino para quedarse a seguir ejerciendo su magia aún con los otros cuatro, que ya todos conocen y cuando los ven todos salen corriendo.
Del Quinto Jinete nadie corre, al contrario, hasta los muertos votan por él: es El Político, el peor de los cinco.
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